Según la WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) el tráfico de animales es el cuarto mayor comercio ilegal del mundo, tan solo superados por el narcotráfico, la trata de personas y la falsificación de productos, aunque esto es una aproximación, ya que al ser de carácter clandestino es imposible tener cifras exactas.
Este negocio no sólo tiene consecuencias a nivel económico, también tiene una gran capacidad de devastación, ya que representa la segunda causa de pérdida de biodiversidad del mundo, superada sólo por la destrucción del hábitat. Siendo el tráfico ilegal una de las principales causas en la disminución de muchas especies tanto animales como vegetales. Si las especies son exóticas, pueden producir muchos problemas a nivel ecológico, como por ejemplo convertirse en una especie invasora.
Es importante aclarar que el comercio de animales incluye tanto el tráfico legal como el ilegal. Puede ser comercio de especímenes como de productos derivados de estos: pieles, huesos, cuernos, trofeos, carne, etc. En el caso de que los productos sean incluidos dentro del tráfico legal, el comercio de los animales salvajes se encuentra, en muchos países, reglamentado por leyes destinadas a la protección de las especies que están en peligro de extinción.
Con tráfico animal no nos referimos sólo al comercio dedicado a la tenencia de mascotas, aunque España es uno de los focos más activos en el tráfico de flora y fauna mundial. También hay otras causas tales como la comercialización de pieles en peletería, colecciones y exposiciones. Se incluye el uso de animales en circos y espectáculos, los que tienen un carácter terapéutico como los rinocerontes de Sudáfrica porque se cree que su cuerno tiene propiedades milagrosas, los huesos de tigre en África o los elefantes de Tanzania por el valor comercial de sus colmillos.
Las condiciones en que los animales son transportados llevan a que solo el 10-20% sobreviva. Para que lleguen ejemplares vivos, los contrabandistas elevan el número de capturas, cosa que incrementa el número de muertes.
A nivel de salud este tráfico sin control también es un problema, ya que no pasa por controles sanitarios. Los animales pueden ser portadores de enfermedades que se pueden transmitir a los seres humanos, como la gripe aviar o el virus del Ébola e introducir estas enfermedades en un lugar donde no está presente.
Cuando un animal que proviene del tráfico ilegal es interceptado vivo, en España se deriva a un centro de acogida. La normativa estipula que hay que devolveros a su hábitat, pero normalmente el coste de devolverlos a su medio natural, que suele estar muy lejos, es inasumible. Por eso, quedan siempre en centros de acogida y por tanto, están condenados a estar fuera de su entorno toda su vida.
Para intentar controlar este comercio existe el convenio CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). El comercio de especies se vuelve ilegal cuando rompe con el estándar establecido en este convenio, que es un acuerdo internacional. Tiene como finalidad velar para que el comercio de especímenes de animales y plantas silvestres no sea una amenaza para su supervivencia. Las especies amparadas en la CITES están incluidas en tres apéndices según el grado de protección.
¿Qué se puede hacer como ciudadano para evitar el tráfico ilegal de animales silvestres?
Muchos gobiernos y organizaciones trabajan conjuntamente para acabar con el tráfico ilegal de animales salvajes, así como el de plantas y otros vegetales.
- Denuncia traficantes o vendedores de fauna salvaje y exótica ante entidades que se encarguen de la regulación, en España sería SEPRONA.
- No acudir a circos o espectáculos que utilicen animales. No hay que subvencionar espectáculos que participen en la explotación animal, tanto de especies autóctonas como exóticas.
- No comprar animales silvestres, ello aumentaría su demanda y beneficia al mercado negro.
- No comprar prendas fabricadas con piel de animales, en muchos casos, los métodos utilizados les causan mucho sufrimiento hasta que los animales mueren.